Pasando por más de 5 Estados del Sureste del Territorio mexicano, con un total de 21 estaciones y 14 parajes, correrá el tren híbrido (Diesel – Eléctrico) (FONATUR, 2022), que será disruptivo a todos los niveles de espacio territorial. Desde un análisis de investigación, repasaremos el entorno por donde el tren pasará.
La ruta cubrirá 1,500 km de vía (FONATUR, 2022). La base de la región, entre Yucatán, Quintana Roo y parte de Campeche es una plataforma de rocas carbonatadas y un manto rico en depósitos lacustres y de aluvión, compuestos principalmente por sedimentos y fragmentos no consolidados de limo, arcilla, arena, grava y material calcáreo (SGM, 2006), existe una vegetación y fauna asociada, al mismo tiempo que, la vida en estos lugares también depende del tipo de clima, que son las condiciones físicas del lugar sobre la superficie.
En el caso de la selva (Yucatán, Quintana Roo y Campeche) se encuentra en el trópico de cáncer, con clima cálido subhúmedo, esto quiere decir que su temperatura promedio anual es 26 °C, con abundantes lluvias en verano y escasas lluvias en el invierno. La disponibilidad de agua se ve condicionada por las características del relieve y conductividad cavernosa de las rocas Kársticas, generando ríos subterráneos y cuerpos superficiales de agua asilados sobre estas formaciones rocosas, conocidas como cenotes. La vegetación cubre por completo la vista de estas rocas, dando la impresión de un paisaje que se asemeja una alfombra acolchonada verde gigante. Entre la flora de estos lugares destacan los manglares en zonas costeras, y tierra adentro la selva seca y subhúmeda. La fauna abarca una gran diversidad de mamíferos, aves y reptiles, entre otros muy importantes (CONABIO, 2022).
Existe una asociación entre la flora y la fauna que se ven condicionadas por el tipo de clima, generando un proceso de adaptación entre las especies y su medio que les rodea. Esta asociación lleva millones de años existiendo. Las actividades humanas, a lo largo del tiempo, han transformado estos paisajes. La agricultura es de las activades más antiguas que acompaña al ser humano. La agricultura genera cambios de uso de suelo, afectando al ecosistema original. Estos cambios, antes del siglo XX no tuvieron un impacto ambiental que condicionara el equilibrio ecosistémico de la región. Cuando comienza el reparto de las tierras para los campesinos, comienza a percibirse cada vez más el fenómeno de fragmentación, con áreas de cultivo. Estos incrementos de la extensión para la agricultura van de la mano con el incremento de la población.
El fenómeno de crecimiento poblacional para el siglo XXI es un tema crucial para entender la razón del Tren maya. Durante años, cada mandato presidencial tiene proyectos de desarrollo social, pero estos proyectos siempre se ven ensombrecidos por la presencia de grandes empresas bajo el modelo neoliberal, generando conflictos de interés para la parte social. El caso del sureste mexicano se ve envuelta por muchas aristas, pero principalmente por la forma de vida predominantemente rural, lo que para muchos puede ser un atraso de desarrollo y para otros un estilo de vida normal. Sobre esta dicotomía nace la premisa de llevar el desarrollo urbano a estas regiones. El tren maya viene como una promesa para el desarrollo urbano y un crecimiento para la economía de la zona (Gómez et al, 2020).
El discurso de sexenio que maneja el poder ejecutivo lleva una narrativa posneoliberalista, que quiere decir, que estamos saliendo del modelo neoliberal. A través de este principio se entendería que las grandes empresas disminuyeran su influencia y poder sobre los proyectos de estado, otorgando mayor soberanía al pueblo sobre sus decisiones de proyectos. Lo que realmente se lee entre líneas respecto al tren maya es una ola de influencia capitalista extractivista disfrazada de desarrollo urbano y la razones las doy a continuación.
El proyecto ha sido promovido en principio como turístico, pero también para carga agroalimentaria (Damián, F., 2020). La cadena de suministros de alimentos, no solo esta diseñado para los pueblos originarios, sino principalmente para las ciudades que irán creciendo alrededor de las estaciones y zonas urbanas ya existentes. Al existir la capacidad para transportar grandes volúmenes agrícolas, existirá una oferta para los grandes monocultivos, provocando que las zonas tradicionales de agricultura se sumen a este tipo de negocios, sea por presiones de la población o por la misma necesidad generada por la demanda del mercado de ciertas materias primas.
Por otro lado, el crecimiento urbano tiene una visión de especulación inmobiliaria, con capitales financieros de infraestructura y bienes raíces (Núñez, 2020), mismos que son responsables del crecimiento de la mancha urbana desmedida y sin ninguna perspectiva de sustentabilidad ambiental. Por este tipo de inversiones de bienes raíces, el acceso a la vivienda será cada vez más caro, logrando excluir a la gente de bajos recursos para acceder a estas zonas que se prometían ser para estas personas.
El tema del turismo se vuelve focal. Si bien muchas zonas por donde pasará el tren ya cuentan con zonas de desarrollo turístico que han sostenido un estilo de vida consumista, existen otros cientos de zonas que aún no tienen instrumentos locales para atender la demanda de recursos que se generará. Existen zonas como la Reserva de la Biosfera de Calakmul que cuentan con turismo de bajo impacto, recibiendo unos 40 mil visitantes por año (Gómez et al. 2020) y con el tren maya se estiman que sean 3 millones de personas al año (Martínez. 2019).
El tren maya traerá mayor demanda de los ecosistemas en esta zona, acelerando el proceso extractivista de los recursos y con tan poco tiempo para dejar recuperar a los ecosistemas, incluso exponiéndolas a su destrucción. El tren traerá muchos cambios, pero uno de ellos y más importante es el efecto a largo plazo a los ecosistemas por cuestiones de explotación de recursos y contaminación, por eso es importante recordar que “la salud de la selva es importante e indispensable para salud humana” (Kaab Nalo’on).
BIBLIOGRAFÍA
FONATUR, 2022. Tren Maya. Secretaria de Turismo. Disponible en https://www.trenmaya.gob.mx/trazo/#:~:text=Tramo%201%3A%20Palenque%20%E2%80%93% 20Esc%C3%A1rcega%20(,Canc%C3%BAn%20(257%20km%20aprox, consultado el 30 de agosto de 2022
Servicio Geológico Mexicano, 2006. Carta Geológico-Minera Felipe Carrillo Puerto E16-1. Disponible en https://mapserver.sgm.gob.mx/Cartas_Online/geologia/117_E16-1_GM.pdf , consultado el 1 de septiembre de 2022
CONABIO, 2022. Biodiversidad mexicana. https://www.biodiversidad.gob.mx/, consultado el 1 de septiembre de 2022
Damián, F., 2020. En 2023, Tren Maya moverá 5,5 millones de toneladas de carga agroalimentaria. Milenio (9 de julio). Disponible en https://www.milenio.com/politica/tren-maya-movera-5-5-millones-toneladas-carga-agroalimentaria , consultado el 1 de septiembre de 2022.
Núñez, V., 2020. ¿Fibra Tren Maya?. La Jornada (23 de febrero). https://www.jornada.com.mx/2020/02/23/opinion/012a2pol , consultado el 30 de agosto de 2022.
Gómez, A. L. L., Andrade, J. L. A., Barrios, A. I., & Gutiérrez, J. D. A. (2020). El Tren Maya : un escenario de conflictividad socioambiental en el posneoliberalismo mexicano. Ecología Política, 60, 94–100.
Kaab Nalo’on. Alianza Maya por las abejas.