Durante la quinta sesión del seminario “El Parte Tiempos” se abordaron las representaciones de lo femenino en el imaginario cultural desde diversas perspectivas. Para abordar estos cuestionamientos, contamos con la presencia de Beatriz Santiago Muñoz, quien ha desarrollado una práctica artística que trabaja desde el cine expandido y el video a partir de preguntas sobre la decolonialidad, el pensamiento poético cotidiano y las escrituras experimentales feministas.
La discusión durante la sesión partió del filme Oriana (2021), que plantea una experiencia audiovisual que desafía los métodos de representación convencionales a partir de una especulación feminista. La película está basada en la lectura del libro Les Guérillères (1969) de la filósofa, escritora y activista feminista Monique Wittig. En especial, este libro se ha caracterizado por representar una alternativa estructural a la narración patriarcal mediante la experimentación con una gramática que se contrapone a las estructuras binarias y con otros experimentos formales, que dan cuenta de cómo, en ciertos casos, es más importante cómo se cuentan las historias, incluso más que aquello que cuentan.
En la búsqueda por encontrar una posible traducción a la operación lingüística de Wittig, Santiago Muñoz creó una película experimental, construida mediante una serie de situaciones, filmadas colaborativamente con un grupo de amigas de la realizadora que tienen vínculos con el activismo feminista. Estas mujeres exploran tanto un territorio natural conformado por ríos, cuevas, bosques pero también en espacios como ruinas o el interior de una escuela de grabación en NY. Estos planteamientos son intervenidos por escenas coreográficas, referencias rituales, pasajes de convivencias crípticas e indescifrables pero cruzadas por el cuidado y el afecto entre un grupo de mujeres, revirtiendo las narrativas convencionales y las construcciones convencionales de lo “femenino”.

En este análisis, surgieron varias propuestas potentes a partir de uno de los pasajes del texto en el libro de Wittig que asegura a una mujer “hubo un momento en que no fuiste esclava, si no lo recuerdas invéntatelo”. Esta reflexión fue abordada por lxs miembrxs del seminario de modo expandido, para traer a cuenta las diversas implicaciones que abre la imaginación como ejercicio de resistencia.
Por otro lado, durante la sesión se abordaron otros casos de representación de la mujer en las manifestaciones culturales, tanto en la pintura victoriana que genera imágenes sexualizadas, eróticas e inmóviles. Por otro lado, también se abordaron imágenes alegóricas de los continentes, que presentaron a estos territorios como las mujeres con “cuerpos dispuestos a ser conquistados”. El imaginario patriarcal ha cruzado la construcción de lo femenino con el modo en que entendemos lo patrimonial, entrecruzando el paisaje con el cuerpo femenino, lo natural con lo inexplorado y domesticable, al hombre con la capacidad de poseer este territorio inexplorado. Asimismo, también estas imágenes fueron codificadas a partir de la expectativa de comportamiento de templanza, orden, y limpieza que se imponía sobre el modelo ideal de lo femenino ante la mirada de los varones.

Asimismo, también se abordó el caso de la película australiana de misterio Picnic at Hanging Rock (1975), que narra la historia de 3 jóvenes que desaparecen en un entorno natural tras ir de picnic con sus maestras y compañeras de una escuela de señoritas. En su imaginario visual, la película reproduce modelos patriarcales a partir de una serie de estrategias y estereotipos, quizá el más significativo es el que presenta una vuelta al lugar erótico, una gran piedra de forma fálica, que probablemente en la causante de la desaparición de estas jóvenes mujeres también sexualisadas. El contraste de este caso con Oriana, hace aún más evidente como los modelos de las mujeres, reproducen ciertos modos de mirada masculina sobre el cuerpo de la mujer.
También se abordó un arquetipo de surgimiento más reciente en el imaginario de las películas y videojuegos, que se suele reconocer como el de “la última mujer”. Este modelo se hace presente en un personaje que resiste los embates de un mundo apocalíptico, a punto de desaparecer, en el cual tiene que luchar en contra bestias y peligros en medio de un ambiente plagado de ruinas. Este modelo se nos presenta como un “nuevo imaginario patriarcal” de representación de una mujer que, si bien se defiende de los riesgos de un mundo peligroso, lo hace únicamente en la medida en que es visto a través de una mirada masculina. Estas expectativas erotizadas, sexualizadas y construidas con códigos patriarcales hacen dudar de su aparente agencia.

Como epílogo, la sesión abrió la crítica a las representaciones de las mujeres a partir de estudios de caso y de las visualidades para poner en duda las convenciones del patriarcado. Resulta interesante contraponer con el pensamiento patrimonial para levantar la pregunta ¿en qué formas de representación de “lo femenino” en el imaginario cultural podríamos proyectar?
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